Recordamos el duelo de estilo entre la Reina y Melania Trump en 2017

Los estilismos de doña Letizia como expresión de otro tipo de diplomacia

Los estilismos de doña Letizia como expresión de otro tipo de diplomacia
Los Reyes de España con Donald y Melania Trump en junio de 2017 en viaje de Estado a Estados Unidos. (Foto: Gtres).
Gema Lendoiro

Ni las primeras damas ni las reinas consortes suelen hablar mucho, salvo en discursos previamente elaborados y pensados, pero sí que se expresan (cada vez más) a través de la moda que es una manera también de lenguaje y diplomacia. Que la Reina Letizia lo hace desde años no es una noticia. Sabe que cada vez que tiene un acto la prensa analiza con detalle qué lleva, qué marca es y los guiños que hace a los medios son claros, como el día que llevó una camiseta con diseño ucraniano o cuando lució ropa hecha por mujeres víctimas de trata de blancas. O, recientemente en el concierto previo a la entrega de los Premios Princesa de Asturias que llevó un vestido alquilado. Históricamente las mujeres siempre han encontrado los huecos que les permitan expresarse de una forma o de otra cuando no tienen directamente la palabra.

Cuando Letizia y Melania se vieron las caras en la Casa Blanca la expectación fue infinitamente mayor que la generada por la reunión entre Trump y el Rey Felipe. ¿La razón? Don Felipe es el Jefe del Estado pero no gobierna, su labor, importantísima, es la diplomática, la de seguir manteniendo las buenas relaciones. Era y sigue siendo mucho más buscada la foto de ambas mujeres. Una reunión sin esposas genera menos interés, gráficamente hablando.

Y sucedió en junio de 2017 en el viaje de Estado que los Reyes hicieron por varias ciudades de Estados Unidos. Todo lo que hicieron estuvo cargado de un gran sentido histórico porque visitaron lugares como Nueva Orleáns, territorio español desde 1763 hasta 1803, cuando Francia, para pagar una deuda de guerra, cedió el control de Luisiana a España y, San Antonio, territorio de la corona española hasta 1821, cuando Texas se convirtió en parte de México, antes de su anexión a Estados Unidos. Pero eso generó menos expectación en la prensa gráfica que el encuentro de ambas damas. Lo que generaba el gran interés era verlas juntas para compararlas en primer lugar. Y, en segundo, para dar el inquebrantable veredicto de las watchers, esto es, cronistas que analizan hasta el último detalle todo lo que lleve puesto cualquier figura relevante. En sus iris tienen unos potentes radares que identifican marcas, colecciones, detalles, etc, a la velocidad de la luz, ríase usted de la inteligencia artificial.

Encuentro en la Casa Blanca del matrimonio Trump con los Reyes de España en 2017. (Foto: Gtres).

A Doña Letizia no le gustan esos duelos de estilo pero poco o nada puede hacer para eso no suceda. Quizás porque se sabe milimétricamente observada, juzgada y analizada o, lo que es peor, comparada, se empeña tanto en ir siempre perfecta. Cosa que, por cierto, casi siempre logra.

El «duelo» doña Letizia versus Melania

Llegó el día. Fue el 19 de junio y el matrimonio Trump recibió con los honores que se merecían, a los Reyes y los láseres de las apuntaron a la vez que los gráficos allí apostados. La Reina y Melania tuvieron su reunión de damas aparte. Suponemos que no es la parte que más le gusta a nuestra reina, la idea de un tea party con Melania. De qué hablaron no trascendió, claro. Aunque es fácil adivinar que de lugares comunes. ¿Quizás los hijos y sus estudios o lo bonita que es la Casa Blanca? Melania no lo ha contado en sus posteriores memorias y la Reina no las ha escrito.

Encuentro en la Casa Blanca del matrimonio Trump con los Reyes de España en 2017. (Foto: Gtres).

La verdad es que ambas estaban espectaculares, cada una en su estilo porque no se parecen en nada salvo en que a ambas les gusta vestir bien y con tacones altísimos. Para Letizia esto último ya es historia pero entonces sus stilettos eran de vértigo. La Reina se presentó con un vestido de Michael Kors en color rosa chicle entallado, tubo y largo midi. Fue criticada (siempre hay un sector que le encuentra un pero) por dos motivos principalmente. En primer lugar por llevar una marca no española. Este es un tema que se viene diciendo desde la moda patria, que Letizia, por mucho que quiera agradar a los anfitriones del país que la reciben, no debería vestir de diseñadores no españoles y Kors no lo es. No les falta razón, sobre todo teniendo en cuenta la poderosa industria de la moda que tenemos. Se supone que lo hizo como guiño al país pero no gustó. ¡Qué mejor momento para promocionar la moda española que un encuentro en la Casa Blanca con Melania!

La segunda razón por la que fue duramente criticada (¡pobre doña Letizia!) fue porque el vestido ya lo había lucido un año antes Melania Trump aunque en azul bebé. ¡Vaya tragedia! Y se llevaron las manos a la cabeza los tótem de lo que está bien y de lo que está mal. Y de ahí surgieron debates de tan entretenidos como absurdos y divertidos a la vez: ¿Quién copia a quién? ¡Cómo se lo pasan!

La Reina, icono de estilo a nivel mundial

Le guste a los detractores de doña Letizia o no, ella es un referente de estilo a nivel mundial y es lógico que la copien. Está en los máximos niveles de referencia. Kate Middleton, Rania de Jordania, Melania en su anterior etapa y ahora en la nueva, son otras que también lo están.

El matrimonio Trump con los Reyes de España en la Casa Blanca en 2017. (Foto: Gtres).

Además, el hecho de ser reina, suma puntos porque representa una permanencia que no tiene una primera dama. No es ningún secreto la fascinación que las monarquías ejercen en las repúblicas…en cuestiones de estilismos de sus reinas. Algo, por otra parte, muy lógico y normal. Los joyeros de las reinas de Europa, además del valor intrínseco, van cargados de siglos de historia. Y eso es un gran valor, por suerte.

En febrero de 2020, estando todavía de inquilinos los Trump en la Casa Blanca, comunicaron que la visita se repetiría en abril de ese año. Obviamente se suspendió porque para ese mes el mundo entero estaba confinado en sus casas. Ahora que vuelven a partir del 20 de enero de 2025 a la Avenida de Pensilvania, quizás se retome la invitación y podamos ver de nuevo la espectacular imagen de ver a ambas juntas en ese «duelo» más que de estilismos, de estilo. Por cierto, el vestido de Melania en la mencionada cita, era de Valentino y costaba unos 8 mil euros.

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